GANADOR PREMIO COMPARTIR 2015

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El premio compartir selecciono entre las mejores propuestas pedagógicas en Colombia la del profesor CARLOS FERNANDO ORDOÑEZ FIGUEROA desde el municipio de La Cruz que lleva por título “MUSICA TRADICIONAL NARIÑENSE: HERRAMIENTA PARA CONSTRUIR IDENTIDAD REGIONAL”

En tiempos donde el constante bombardeo mediático hace que jóvenes y niños olviden o releguen sus raíces culturales, CARLOS FERNANDO ORDOÑEZ mediante la música andina y una estrategia pedagógica a logrado culturalmente rescatar y mejorar la apropiación por la región nariñense.

El Premio Compartir busca dar reconocimiento a la labor de maestros y rectores quienes con sus propuestas pedagógicas lograron hacer parte de un selecto grupo que reúne al 10% del total de las mejores postulaciones al Premio Compartir. 

De esta manera La Fundación Compartir, a través de su portal Palabra Maestra,  exalta la labor de maestros y rectores quienes han aportado de manera significativa a la consolidación de procesos pedagógicos meritorios de publicación y esta es una de ellas.

Descripción de la propuesta:

La propuesta pedagógica la llevo a cabo en El Centro Educativo El Aposento del Municipio de La Cruz (Nariño) de carácter oficial, ubicado en el sector rural a 20 kilómetros del casco urbano, en las laderas del Volcán Doña Juana a 2.850 m.s.n.m donde predomina un clima paramuno que contrasta con la pujanza, amabilidad y calidez de humildes y nobles campesinos. Rodeado de hermosos paisajes se encuentra el corazón de la vereda: EL CENTRO EDUCATIVO EL APOSENTO, donde se consolidó una propuesta de difusión cultural a través de la música andina. En esta institución se trabaja con el modelo Escuela Nueva atendiendo a setenta y cinco niños quienes diariamente caminan trayectos muy largos para llegar a su escuela.

Cuando comencé a desarrollar la propuesta musical observé diferentes problemas en los niños relacionados con el total desconocimiento sobre costumbres e idiosincrasia asociadas  a su región y al departamento de Nariño absorbida y desplazada por ritmos modernos que prevalecen en la mente de los niños alejándolos de la posibilidad  de sentirse orgullosos de ser nariñenses.

La propuesta hace referencia a la implementación de una estrategia pedagógica para el rescate cultural y la promoción de valores a través de la música andina y el canto en los niños y niñas en los diferentes grados.

Fue sorprendente observar que con pocas indicaciones los niños avanzaban de manera muy significativa en la interpretación de los instrumentos de viento,  percibiendo en ellos las ganas de seguir explorando y aprendiendo. Es de aclarar que no soy licenciado en música, mis conocimientos son totalmente empíricos y  mi aprendizaje inició hace pocos años motivado por los niños de mi escuela y mi ilusión de alcanzar grandes logros a través de la música. La afinación en sus voces mejoraba día a día. Surgió entonces la idea de grabar sus talentos en un cd de villancicos con ritmos andinos,

Así entonces de las entrañas de la vereda El Aposento, nace el grupo musical SEMILLAS, con el esfuerzo y compromiso decidido de niños y niñas, jóvenes, padres de familia y maestros, que hicieron realidad este hermoso proyecto. El talento artístico musical de niños y jóvenes campesinos hace posible que nazcan hermosas canciones navideñas, interpretadas con melodiosas voces, acompañadas de instrumentos andinos que evocan las raíces de una raza enamorada de la vida, la fe, la esperanza y la libertad.

Se fortaleció significativamente la identidad cultural de los niños y niñas así como el apego por las costumbres, tradiciones y conocimiento del departamento de Nariño. Se difundieron ritmos de nuestra región Nariñense. El desarrollo socio afectivo de los niños, la participación en el aula y la relación con los docentes se fortalecieron. Se reforzaron sus hábitos y sus actitudes comportamentales, ya que la práctica de la música desarrolla valores como la disciplina y la constancia. Se promovió la música desde la escuela hacia la comunidad, se dice que una escuela que no canta es una escuela sin vida, hoy estoy mas convencido que los maestros debemos ofrecerles a los niños la posibilidad de enriquecer su formación desde  la música. Los niños adoptaron en su maletín como un útil escolar la quena y la zampoña que siempre los acompaña.

Este año casi se ve truncada mis ganas y pasión por entregar lo mejor de mí a mis niños, cuando fui víctima de un atentado en el trayecto a la escuela que casi me quita la vida. Dios me da la oportunidad de seguir cultivando aptitudes artísticas en los surcos que son “mis niños” y darlas a conocer.